jueves, 18 de febrero de 2010

Cuevas sagradas

Las montañas sagradas lo son por sus cuevas sagradas: la Saptapana indostánica, las cuevas del Hedjaz o del Oreb, las cuevas de Chicomotzoc en la Sonora mexicana, las cuevas en la confluencia del río Xila con el río Colorado, no lejos del Golfo de California; las cuevas de Sierra Mojada o de Hue-hue-tla–pa-atlán (“el Anciano de los días”) en México; las cuevas de Chalchas o Calcas; las cuevas matemáticas del Misterio; las cuevas de Culhua o de la Serpiente Iniciática; las cuevas de los Tapanecas, etc.
Las montañas sagradas y las cuevas no son sino "recintos sagrados" de los misterios pasados y del misterio futuro, que habrán de ser esclarecido por una ciencia menos ciega que la que en nuestros días –a título de un saber que lo ignora todo, pues que ignora los altos problemas de la Historia y de la Psiquis– se atreve a profanar, bajo pretexto de pinturas rupestres, esos templos del saber de los antepasados en los que la imagen de los proveedores no faltaba nunca.

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